Pintura Kia: cómo elegirla bien y no liarla en tu primer intentoLa verdad, siempre me han gustado los Kia, sobre todo desde que en España se volvieron tan populares. Mucha gente aquí los compra por lo prácticos que son, el diseño moderno y porque casi todos tienen versiones híbridas o eléctricas, que vienen genial para la ciudad.
Lo curioso es que, hablando con amigos y conocidos del mundo del motor, he visto que la mayoría prefiere ir a talleres oficiales incluso para pequeños arreglos de pintura. Por un lado, es cómodo si quieres quedar cubierto por la garantía, pero también hacen que esos arreglos se disparen de precio. Te cuento esto porque hace poco descubrí que pintar el coche uno mismo tampoco es tan raro — sobre todo si tienes algún rayón y no quieres pagar un dineral en el taller. Buscando cómo hacerlo, di con una página bastante útil, Asturcolor, donde puedes encontrar la pintura exacta para tu coche solo con el código de color (que suele estar en la placa VIN de la puerta). Tienen desde sprays hasta marcadores de retoque, y la verdad, para pequeños arañazos es una pasada. No es que me haya puesto a pintar el coche entero (todavía no me atrevo), pero sí me animé a arreglar un par de rayones en mi Kia, y quedó mucho mejor de lo que pensaba. Además, encuentras colores para casi cualquier modelo, incluidos los más recientes. Es cierto que la mayoría de propietarios de Kia en España sigue prefiriendo talleres, pero creo que poco a poco más gente irá probando a hacer los arreglos ellos mismos. |
Lo que le pasó a mi amiga Laura puede pasarte a ti también. Volvió al coche después de hacer unas compras y ahí estaba: una rozadura en la puerta, una línea fina pero maldita que no estaba ayer. Respiró hondo. No pensaba llevarlo al taller solo por eso, pero tampoco quería dejarlo así. Y entonces vino a verme, con esa mezcla de frustración y dudas:
“¿Tú crees que puedo retocar la pintura yo sola? ¿Y que quede bien… de verdad?”
Te adelanto la respuesta: sí. Pero no vale cualquier pintura, ni cualquier color, ni cualquier spray. Vamos por partes.
Paso uno: encuentra el código exacto del color de tu Kia
Primero, una verdad dura: el “gris” de tu coche no es el mismo que el del Kia de tu vecino. Kia trabaja con códigos de color muy específicos. Uno de los más comunes es el ABP, que corresponde al negro perlado. Pero también están el UD (blanco), M6T (gris titanio), BEG (azul intenso)… y así podríamos seguir. Ese código es lo más importante de todo este proceso.
¿Dónde encontrarlo?
En casi todos los modelos Kia modernos está en una pegatina dentro del marco de la puerta del conductor, junto al número VIN. Si no, también puede estar bajo el capó.
Paso dos: elige dónde y qué comprar (spoiler: no es Amazon)
Vale, ya tienes el código. Ahora viene lo divertido: comprar la pintura Kia. Y aquí es donde muchas personas fallan. Buscan en Amazon, encuentran un spray que “parece negro Kia” y lo compran. Resultado: o el color no cuadra, o no brilla igual, o se pela al cabo de dos semanas.
Por eso, si vas en serio, compra en tiendas como AsturColor, donde introduces el código y recibes pintura original Kia o perfectamente formulada para ese color. Y si es tu primera vez, te lo digo ya: elige spray. Sí, la pistola queda más pro, pero si solo vas a retocar una parte pequeña, un buen spray te lo deja niquelado.
Eso sí, asegúrate de que te venden:
Porque muchos colores Kia son bicapa. Si no aplicas barniz, te quedará mate y mal.
Paso tres: prepárate con calma, cariño y cero prisas
Cuando Laura me dijo que iba a pintar ella sola, lo primero que le dije fue: “Hazlo como si fuera una cita contigo misma: sin interrupciones, sin presiones, y con música de fondo.”
Prepara la superficie:
No es difícil, pero tampoco es correr una maratón sin entrenar. Si te tomas tu tiempo, puede salir genial. Un consejo extra: haz una prueba antes en una superficie parecida.
No hay nada como ver cómo se comporta la pintura con tu mano y tu forma de aplicar. Haz una pequeña prueba en una parte escondida o en un cartón. Así ves si estás cómoda con la distancia, la presión, el brillo.
Cuando Laura acabó, me mandó una foto. La puerta brillaba. No como recién salida de fábrica, claro. Pero sí con ese brillo especial de las cosas hechas con amor.
Y me escribió: “Pensé que iba a meter la pata… y al final, me siento orgullosa. Hasta mi vecino me preguntó si lo había hecho en taller.”
“¿Tú crees que puedo retocar la pintura yo sola? ¿Y que quede bien… de verdad?”
Te adelanto la respuesta: sí. Pero no vale cualquier pintura, ni cualquier color, ni cualquier spray. Vamos por partes.
Paso uno: encuentra el código exacto del color de tu Kia
Primero, una verdad dura: el “gris” de tu coche no es el mismo que el del Kia de tu vecino. Kia trabaja con códigos de color muy específicos. Uno de los más comunes es el ABP, que corresponde al negro perlado. Pero también están el UD (blanco), M6T (gris titanio), BEG (azul intenso)… y así podríamos seguir. Ese código es lo más importante de todo este proceso.
¿Dónde encontrarlo?
En casi todos los modelos Kia modernos está en una pegatina dentro del marco de la puerta del conductor, junto al número VIN. Si no, también puede estar bajo el capó.
Paso dos: elige dónde y qué comprar (spoiler: no es Amazon)
Vale, ya tienes el código. Ahora viene lo divertido: comprar la pintura Kia. Y aquí es donde muchas personas fallan. Buscan en Amazon, encuentran un spray que “parece negro Kia” y lo compran. Resultado: o el color no cuadra, o no brilla igual, o se pela al cabo de dos semanas.
Por eso, si vas en serio, compra en tiendas como AsturColor, donde introduces el código y recibes pintura original Kia o perfectamente formulada para ese color. Y si es tu primera vez, te lo digo ya: elige spray. Sí, la pistola queda más pro, pero si solo vas a retocar una parte pequeña, un buen spray te lo deja niquelado.
Eso sí, asegúrate de que te venden:
- la base de color
- y el barniz transparente final (el que da brillo y protege)
Porque muchos colores Kia son bicapa. Si no aplicas barniz, te quedará mate y mal.
Paso tres: prepárate con calma, cariño y cero prisas
Cuando Laura me dijo que iba a pintar ella sola, lo primero que le dije fue: “Hazlo como si fuera una cita contigo misma: sin interrupciones, sin presiones, y con música de fondo.”
Prepara la superficie:
- Limpia, lija suavemente si hace falta, protege las zonas cercanas con cinta.
- Aplica el color en capas finas, no intentes cubrir todo de golpe.
- Y cuando termines, espera bien los tiempos antes de aplicar el barniz.
No es difícil, pero tampoco es correr una maratón sin entrenar. Si te tomas tu tiempo, puede salir genial. Un consejo extra: haz una prueba antes en una superficie parecida.
No hay nada como ver cómo se comporta la pintura con tu mano y tu forma de aplicar. Haz una pequeña prueba en una parte escondida o en un cartón. Así ves si estás cómoda con la distancia, la presión, el brillo.
Cuando Laura acabó, me mandó una foto. La puerta brillaba. No como recién salida de fábrica, claro. Pero sí con ese brillo especial de las cosas hechas con amor.
Y me escribió: “Pensé que iba a meter la pata… y al final, me siento orgullosa. Hasta mi vecino me preguntó si lo había hecho en taller.”